Dia 12: Samos - Melide

Sabado - 01-10-2011


Recorrido: 79.47 km
Tiempo: 7:15 h
Vel. Media: 10.94 kmh
Vel. Maxima: 61.07 kmh

Recorrido Total: 756 km
Tiempo Total: 65:26 h


A la mañana se nota la cama y el buen reposo. Ha valido la pena pagar un poco mas. Recojo todo y me voy a desayunar. Sixto va mas rapido ya que quiere hacer muchos kilometros. Se le ve bastante impaciente por llegar a Santiago. Yo me lo tomo con tranquilidad. Tenia 3 dias de margen y solo he gastado uno segun mis cuentas. La unica prisa es la de llegar a Melide a comer pulpo, ya que sino llego hoy mañana llegaria demasiado pronto para comer. El problema es que 80 km no los he hecho ningun dia y el cansancio acumulado y el perfil que se ve en el mapa me asusta un poco.

Desayuno en el bar de al lado unas tostadas y un cafe grande como siempre. Mientras Sixto va a por las bicicletas. Nos despedimos con un abrazo y yo me quedo desayunando. Luego me doy una vuelta por el pueblo a hacer fotos. El pueblo es precioso por la mañana con tan poca gente y el monasterio impresionante.

Luego sigo por la carretera hasta que el camino se desvia por asfalto hacia el bosque separandose de la carretera que va a Sarria. El camino vuelve a ser impresionante, todo pista a traves de un bosque de castaños. El suelo de hecho esta lleno de castañas y me paro a comerme alguna.

Luego buena parte del camino sigue por asfalto aunque entre el bosque igualmente con unas fuertes subidas y alguna bajada hasta juntarse nuevamente con el camino que viene de San Xil. A partir de ahi el camino discurre otra vez pegado a la carretera hasta Sarria.

Sarria es grande y aprovecho para comer un poco y escribir una postal. Mientras estoy escribiendo me vuelvo a encontrar con Sixto. Todos los caminos van a Roma. Resulta que el portabultos le ha pegado algun sulto de camino y al ver una tienda de bicicletas se ha metido a cambiarlo entero y se ha pegado la media hora que me habia sacado de ventaja. Nos despedimos otra vez y sigo alli descansando, haciendo fotos y escribiendo.

Cambio el mapa en la bici y veo que el perfil es todo de subida hasta Ferreiros, y luego vuelve a bajar hasta Portomarin que esta a 22 km. Me lo tomo con calma bajandome de la bici cuando veo que estoy mas fatigado. La rodilla me ha vuelto a molestar, imagino que por los excesos de los dos dias anteriores. Voy adelantando a mucha gente y ya empiezo a ver a bastantes peregrinos con mochilas pequeñitas, de los que solo hacen los ultimos km para conseguir la compostela.

El camino es mucho mas feo y monotono que el de Samos y se hace bastante largo, aparte de que empieza a hacer calor. Aqui no llueve ni en Galicia. En el camino me encuentro a un abuelete que esta haciendo el camino corriendo. Tambien es brasileño o sea que imagino que sera algo normal alli. Va sin equipaje y me cuenta que tiene que llegar antes de las 12 del dia siguiente, aunque no me explica por que. Lo adelanto y sigo para adelante hasta que en una parte del camino, aproximadamente a 100 km de Santiago el camino parece desaparecer. Hacia mucho tiempo que no tenia ningun empanamiento grave, pero me da la sensacion de que no voy por el camino adecuado y ciertamente hace un rato que no veo ningun peregrino, lo cual es de extrañar con todos los que he visto desde Sarria. Aprovecho para llamar a Ruth, una amiga que me intento llamar el dia de antes mientras dejo la bici y ando un poco fuera del camino a ver si veo algo y mientras estoy hablando con ella veo al abuelico, que pasa por el camino. Le pregunto si vamos bien y me dice que si, o sea que a pesar de lo impracticable del camino y de los pedruscos que hay sigo por ahi empujando la bici como puedo. Mas adelante la cosa vuelve a la normalidad.

Pasado Vilacha se ve el embalse y Portomarin detras. El pueblo es extraño. Se llega tras cruzar un enorme puente que cruza el embalse y luego el pueblo esta todo en subida. Busco una tienda para comprar pan y en una fuente me encuentro otra vez a las marujas del dia anterior que acaban de recoger a sus maridos. Imagino que solo van haciendo trocitos por que es imposible que hayan llegado hasta alli antes que yo y andando ya que desde donde las vi hay casi 70 km y practicamente nada de llano.

Me subo donde la catedral a ver las vistas mientras como un bocata y cuando acabo me encuentro al ciclista de 53 años y luego al volver al camino a Buce Springsteen y los 3 ciclistas sin-mochilas. Esto no tiene perdida :)

Salgo de Portomarin y veo varios peregrinos subiendo por la carretera o sea que les sigo. Hay otro ciclista que va por encima mio, pero la cuesta es tan fuerte que enseguida se me va. A las 16.00 ya no quedan fuerzas y menos con el calor que hace.

Un poco mas arriba me doy cuenta que me he confundido y que el camino no es ese. De hecho la carretera se aleja un poquillo y acabo haciendo algun kilometro mas, aunque por asfalto, pero antes de llegar a Toxibo el camino vuelve a juntarse y dejo por fin la carretera, aunque no el calor. Desde Portomarin hay 25 km hasta Palas de Rei y luego quedaran otros 15 mas hasta Melide. Lo veo jodido, pero sigo adelante. Es extraño, pero por esta zona la gente anda hasta mas tarde ya que me encuentro a bastantes peregrinos cuando por castilla era raro ver a alguien a partir de las 15.00.

El camino sigue haciendose largo y la rodilla me sigue doliendo. Me tomo otro ibuprofeno y sigo aunque el calor me hace beber y beber. Creo que me habre bebido ya 4 litros de agua.

Cuando llego a Palas de Rei se ve un pueblo muy chulo tambien, y bastante grande. Subo hasta la parroquia de San Tirso a hacerle unas foticos y un hombre que sale de misa se queda hablando un rato conmigo. Me cuenta cosas del camino y me dice como llegar a Ezequiel en Melide, aunque tambien me cuenta que el buen pulpo no se come con vino blanco, sino con tinto recio de la zona. Tomare nota.

Son casi las 18.00 cuando salgo de Palas y llevo un cansancio como no he tenido ningun dia. Los ultimos 15 km se me van a hacer eternos y mas viendo el perfil que queda. Los pueblos se acumulan, aunque son bastante feos y llenos de cacas de vaca. El camino no tiene nada que ver con Castilla donde 15 km se hacian en media hora. Estos kilometros se hacen eternos, pero solo queda 1 jornada mas para llegar a Santiago y a estas alturas voy a llegar si o si, lleve como lleve la rodilla.

Tras pasar por Casanova me paro a echar una cocacola antes de deshidratarme y en unas mesas que hay para descansar me siento un rato con el ciclista que antes me se me habia ido. Es un fotografo de mallorca que salio de Roncesvalles y que va tambien por camino unicamente. Mientras hablamos un rato pasa por alli otro chico con bicicleta y la rueda pinchada. El chico es brasileño y no lleva mas que una pequeña mochila a la espalda. Resulta que es uno de los hijos del abuelico, que le estan ayudando a llevar sus cosas. Le hinchamos la bicicleta y luego yo sigo adelante que me queda todavia un trozo hasta Melide.

Por el camino me encuentro a otros 2 ciclistas que voy adelantando o me adelantan a ratos conforme vamos descansando. El camino es bonito, pero bastante duro a ratos con zonas de mucha piedra y subidas.

Al final nos acercamos a Melide, aunque la entrada se hace larga ya que es un pueblo muy grande. Entro a las 19.30, mas tarde que nunca. Es seguro que hoy no lavare la ropa, pero me da igual por que tengo la otra limpia de la ultima noche y esa ya la lavare al llegar a casa.

Paso por Ezequiel y veo que ya hay gente comiendo pulpo o sea que me doy prisa para coger sitio en el albergue. La verdad es que a pesar de no ser final de etapa, el pueblo es muy grande y se ve muchisima gente y por si fuera poco no hay mas que un albergue segun la guia. Se complica la llegada, aunque preguntando acabo llegando y veo que hay un albergue privado y otro publico. Uno de los ciclistas que iban conmigo se mete en el publico y yo le sigo. Dejamos la bici en un lateral con la cadena y cogemos sitio. El albergue parece limpio, pero esta totalmente lleno de gente. Al menos 150 personas, que comparadas con las 5 o 6 con las que dormi el dia de antes me hace valorarlo aun mas.

Eso si, el albergue es barato, 4 euricos, y te dan sabanas de usar y tirar. Lo ultimo en tecnologia. Me ducho y llamo a la Cris para que me pille el avion, aunque la cosa esta complicada. De un dia para otro no hay muchas ofertas. Tambien intento conseguir el telefono del servicio de paqueteria para bicicletas de Santiago sin éxito.

Despues de ponerme ropa comoda me dirijo al centro de la ciudad a comerme mi merecida racion de pulpo y vino. Al entrar en Ezequiel me sorprende que hay sitio. Es grande y lleno de bancadas como si fuera una sidreria vasca. Me pido lo mismo que el de al lado, una racion de pulpo a feira y una botella de riveiro de la casa. Me ponen un cesto de pan de hogaza para acompañar tambien y empiezo a beber vino mientras espero el pulpo. A esto que de pronto veo que de detras sale el ciclista joven con el que subi a O'cebreiro, pero me sorprende verlo ir a pagar con un monton de vendajes en el brazo. Me acerco a verlo y veo que tiene la cara echa un mapa. Resulta que hoy por la tarde iendo por carretera se pego un leñazo y habia acabado bastante mal, a pesar de lo cual tenia muy buen animo. Imagino que lo importante del camino no es el final, sino el camino en si, y todo lo vivido no tiene precio. Me cuenta que mañana ira a Santiago en bus igualmente a recoger la compostela, se la tiene merecida. Le doy un fuerte abrazo antes de que se vaya y me vuelvo a mi banco a comer mi pulpo, a lo que el hombrecillo que estaba a mi lado comiendo lo mismo que yo me pregunta si vamos tambien en bici. Me pongo a hablar con el y resulta que tambien es ciclista, aunque de carretera, y casualidad de las causalidades es de Zaragoza. Me cuenta que es un trabajador pre-jubilado de Ibercaja y con la tonteria nos bebemos cada uno nuestra botellica de vino entera. Me da su direccion con sus videos ya que lleva varios años haciendo el camino y que este año ha hecho el del norte y ya nos despedimos y nos vamos a dormir. El camino es un encuentro constante con gente que conoces y a la que no vuelves a ver. Instantes que duran un recuerdo.

Cuando llego es tarde y ya han apagado las luces o sea que duermo mi ultima noche en albergue.